De las obras de arte de las Amazonas

Hace unas semanas, mientras comenzaba a elaborar un pequeño proyecto fotográfico familiar valiéndome de pócimas alquímicas y luz solar (a.k.a. cianotipias), he vislumbrado en las 4 imágenes utilizadas un rasgo distintivo que compartimos las distintas generaciones femeninas por parte materna: «la sonrisa de esos ojos», un atributo que mi bisabuelo puntualizó en un fragmento de una carta enviada a mi bisabuela allá por el 1949 y que a continuación transcribo por la dulzura y significado empleado en el término artista:

Caracas 6 de Enero de 1949

«Querida Inocencia: he recibido hoy una carta tuya, y otra anterior de Lolita, por cierto que emocioné mucho al verla tan hermosa como está, me preguntas que como la encuentro y te diré, ami también me parece que tiene algo de los dos, pero dejando modestias aparte yo creo que la sonrisa de esos ojos, es algo que me pertenece a mi solo, pero fijándome bien, también veo mucho de ti de cuando tenías veinte años, de todas formas te felicito, porque parece que somos unos artistas

No hay duda de que las Amazonas también viven a través de la descendencia de sus obras de arte.