¿Quién es Carmen Vázquez?

Ella es el cuerpo deseado por el fotógrafo. Llevan unos meses saliendo y él, inadvertidamente, le saca la fotografía para poder tener siempre que quiera la imagen de esas piernas y esa melena. Es verano, es 1975, y esos eran en aquel momento los únicos caminos de la lujuria. Ella camina confiada. Su melena se confunde con la naturaleza que la rodea. No vemos su rostro, esos ojos rasgados y fieros que le valieron de niña el apodo de “Cleo”. Quizás la cámara sabía que esa mirada de mujer decidida está de algún modo representada en el azabache de sus cabellos.

Es verano, es 1975, es un momento de crisis: lo viejo aún no ha muerto y lo nuevo aún no ha nacido. Hace dos años, el fotógrafo y Cleo no se conocían. Dos años más tarde, saludarán casados la primavera. Entre tanto, Franco habrá muerto y ella habrá dejado su melena sobre las baldosas de una peluquería lucense. La juventud y la opresión quedaban atrás.

El fotógrafo aún hoy, cuarenta años después, se lamenta por la pérdida de aquella melena, y ella todavía suspira recordando la belleza de sus piernas, hoy enfermas. Pero, incluso con el pelo corto y las piernas llenas de varices y úlceras, sigue habiendo fuego en la mirada de Cleo. Y sigue siendo verano en el deseo del fotógrafo. Y yo, el hijo de ambos, sueño a veces que soy la luz que rozaba sus cuerpos aquella tarde.

Carmen Vázquez (Vidán, Santiago de Compostela) en el verano de 1975. Enviado por: Jose Ramos (A Coruña).